Jean Sibelius. Concierto para violín. Primer movimiento. Allegro Moderato (1904-1905)

El romanticismo musical tuvo una prolongación en la música de países periféricos que vieron en ella una forma de mostrar su identidad nacional. Este concierto, el único para instrumento solista del autor, es un claro ejemplo, con esas temas tan evocadores y, naturalmente, románticos que nos brinda el violín.   

Movimientos:

I. Allegro moderato.
II. Adagio di molto.
III. Allegro, ma non tanto.

Boris Blacher, Concierto para piano n.º 2 (en metros variables) (1952)

Escrito cinco años después de su primero concierto para piano y siete desde el final de la guerra, esta composición de Boris Blacher es menos frenética, pero más sutil y compleja. 

A partir de finales de los años cuarenta Blacher, que estudió matemáticas, creó un sistema de "metros variables" con el que rompía la simetría musical mediante cambios de ritmo construidos matemáticamente. Para ello utilizaba series "arrítmicas, sumatorias, de números primos, de permutación".

En cualquier caso, un motivo unificador permea toda la obra, aunque nunca lo escuchemos con plenitud hasta el mismo final orquestal.   

Movimientos

I. Andante. Allegro. Tempo I.

II. Moderato.

III. Molto vivace. Andante. Tempo I.

Para más información sobre el compositor: Boris Blacher
     

Boris Blacher, Concierto para piano n.º 1 (1947)

La música de Boris Blacher fue considerada "degenerada" por el nazismo por las sencilla razón de tener influencias jazzísticas. Seguro que también influiría su cuarto de sangre judía y la ligereza de su música, su riqueza tímbrica y lo poco ampuloso y romántico de sus composiciones.

En concreto, este primer concierto para piano tiene pasajes frenéticos en los que el piano desgrana largas escalas mientras echa carreras con la orquesta. Efectivamente tiene algo de jazzero. 

Movimientos:

I. Adagio–Allegro
II. Andante–Allegro

 

Carl Nielsen. Concierto para clarinete y orquesta (1928)

Este concierto es una lucha sin tregua entre el clarinete y la orquesta. La dureza del enfrentamiento se explica porque Nielsen escribió el concierto con sesenta y tres años, veía que su vida se acababa y que no había terminaba de alcanzar la relevancia que siempre esperó. También pudo influir que Nilsen compuso el concierto pensando en un amigo suyo, Åge Oxenvard quien, además de clarinetista, sufría un trastorno bipolar. 

La primera vez que lo escuché pensé que era de Shostakovich. Después he encontrado semejanzas en otras obras, como en la quinta sinfonía de Nilsen, pero según leo es difícil que Shostakovich estuviera influido por el danés precisamente por el poco conocimiento que se tenía de la obra de Nielsen fuera de Escandinavia. 

 

Elena Kats-Chernin. Wild Swans Suite (2002-2004)

La compositora australiana Elena Kats-Chernin se basó en el cuento Los cisnes salvajes de Hans Christian Andersen para hacer un ballet del que después extraería esta suite de concierto.  

Se trata de un ballet al viejo estilo con una música muy agradable de escuchar, muy de cuento. Pudiera parecer minimalista al principio, o incluso new age con el aria de Eliza, pero en realidad se trata de un pastiche musical, porque las influencias, al menos las más obvias, se suceden sin interrupción ni disimulo: Villa Lobos, Nyman, Gorecki, Stravinsky…

Ella misma lo explica: 

Being Russian born I have a strong connection to the ballet scores of Tchaikovsky, Prokofiev and Stravinsky, and as a result in the Wild Swans, more than in any other work of mine, I allowed myself the freedom to roam through 200 years of musical genres, ranging from Hungarian Operetta through folk music and even including the influences of jazz and popular music.

 ABC CLASSIC

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La foto de Branco Gaica muestra a Alexa Heckmann en el ballet Wild Swans.

Terry Riley. A Rainbow in Curved Air (1968-1969)

Si bien se suele decir que Riley inauguró el minimalismo con su obra In C, A Rainbow in Curvced Air es la obra en la que sus técnicas de desfase, improvisación, superposición, bucles y repetición de células musicales alcanzan su madurez. 

Dicen los que saben que la influencia de esta obra llega hasta el rock progresivo y que sirvió de inspiración a obras tan carismáticas como el Tubular Bells de Mike Oldfield. Yo añadiría el trabajo de Tangerine Dream, banda más fiel en el espíritu y la forma a las técnicas de Riley.

Desde luego, un símbolo de nuevos tiempos.