En este su único cuarteto podemos disfrutar de la mágica sonoridad, tan de cuento, de Ravel.
Es increíble que a Gabriel Fauré, dedicatario de la obra y su "cher maître", no le gustase el último movimiento.
Sus movimientos son:
I. Allegro moderato – très doux
II. Assez vif – très rythmé
III. Très lent
IV. Vif et agité
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