sábado, 28 de octubre de 2023

José Luis Turina. Túmulo de la mariposa (1991)

La llama le quema las alas a una mariposa. Eso ocurre en un poema de Quevedo y en ese poema se basó Turina para componer este peculiar trío de clarinete, violoncello y piano. El contraste entre la ligereza de la mariposa y la tragedia que sufre al perder las alas por el fuego se traslada a los instrumentos del trío que dialogan, discuten, se persiguen y se dan pie en un juego de cambios a veces frenético.


El poema: 

Yace pintado Amante,
De amores de la Luz muerta de amores,
Mariposa elegante
Que vistió rosas y voló con flores;
Y codicioso el fuego de sus galas
Ardió dos primaveras en sus alas.

El aliño del prado
Y la curiosidad de Primavera
Aquí se han acabado,
Y el Galán breve de la Cuarta Esfera
Que con dudoso y divertido vuelo
Las lumbres quiso amartelar del Cielo.

Clementes hospedaron
A duras Salamandras llamas vivas;
Su vida perdonaron,
Y fueron rigurosas, como esquivas,
Con el galán idólatra que quiso
Morir como Faetón, siendo Narciso.

No renacer hermosa,
Parto de la ceniza y de la muerte,
Como Fénix gloriosa
Que su linaje entre las llamas vierte,
Quien no sabe de amor y de terneza
Lo llamará desdicha, y es fineza.

Su tumba fue su Amada,
Hermosa sí, pero temprana y breve;
Ciega y enamorada,
Mucho al Amor y poco al Tiempo debe;
Y pues en sus amores se deshace,
Escríbase: Aquí goza, donde yace.

*** 


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