Witold Lutosławski. Concierto para violonchelo (1970)
Las fanfarrias de los metales, las ondulaciones de las maderas, los fondos subterráneos que crean los timbales y las cuerdas en pizzicato, la orquesta enloquecida... Es esta una obra de texturas, un concierto en el que la orquesta a veces parece querer aplastar al solista mientras que en otras ocasiones se dedica a crear ambientes para su viaje, uno en el que a veces se toca con mimo, a veces como su fuera un instrumento de percusión, a veces como si supiera que está rompiendo el silencio.
En cualquier caso, pese a todos estos contrastes y tensiones, el cello será el que tenga la primera y la última palabra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario