No se trata de música de vanguardia. Górecki, experimentador nato, apuesta aquí por la tonalidad y la tradición, aunque acercándose al minimalismo con repeticiones incesantes que, en un largo crescendo, nos llevan a un clímax extraordinario.
El comienzo es tan sutil que uno apenas se da cuenta. Después, la progresión es lenta. Pero el esfuerzo merecerá la pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario