Jehan Alain murió joven, a los veintinueve años, como combatiente en la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, le dio tiempo a componer un puñado de piezas cortas que son pequeñas joyas de intimidad a veces y de misterio otras, pero siempre con un toque juguetón.
Le jardin suspendu es una evocación de la Babilonia de los jardines colgantes. Fantasmagorie, un capricho de cuento de fantasmas. Sobre la interpretación de Letanies el autor escribió: "Debes crear una impresión de encantamiento apasionado".
He escogido estas tres piezas porque son mis preferidas, pero todo en las dos horas y media de su obras completas para órgano es exquisito.Le jardin suspendu (1934)
Fantasmagorie (1935)
Litanies (1937)
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