sábado, 25 de mayo de 2024

Silvestre Revueltas. Sensemayá (1938)

Imaginemos que Stravinsky se da una vuelta por Cuba y compone una pequeña pieza sobre un rito antillano para matar culebras. Pues esa pieza podría haber sido Sensemayá, aunque la historia de su composición fue distinta.

Quien escribió un canto para matar culebras venenosas (Sensemayá) fue el poeta cubano Nicolás Guillén en 1934. Un buen día el mexicano Silvestre Revueltas lo escucho en la voz del propio poeta y se quedó fascinado por el ritmo de la invocación que en el poema se repite una y otra vez:

¡Mayombe-bombe-mayombé!
¡Mayombe-bombe-mayombé!
¡Mayombe-bombe-mayombé!

El resultado es Sensemayá, una pieza intensa, de gran complejidad, con ritmos oscuros, profundos, que evocan viejos ritos africanos a través de su descendencia cubana y todo ellos gracias a la mente de un mexicano íntimamente influido por un ruso.

Emocionante.


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Podemos hacernos una idea de lo que sintió Revueltas cuando escuchó a Guillén recitar su poema escuchándole nosotros mismos:

sábado, 18 de mayo de 2024

George Antheil. Airplane Sonata, Jazz Sonata y Sonata Sauvage (1921-1922-1923)

Antes de que se decantase por otros derroteros más clásicos y hasta convencionales, Antheil fue dadaísta, futurista, mecanicista y, sobre todo, radicalmente vanguardista con una fama de enfant terrible ganada a pulso.

Un ejemplo de todo ello es el concierto de presentación que dio en París el 4 de octubre de 1923 en el teatro de les Champs Elysées en el que interpretó al piano tres de sus obras: la Sonata sauvage, Mechanisms y la Airplane Sonata. Dicen las crónicas que su actuación provocó un escándalo comparable al que desencadenase el estreno de la Consagración de la primavera de Stravinsky. Hoy no nos sorprendemos por nada, pero hay que viajar a esa época para imaginar los sentimientos encontrados que debió producir la forma seca y percutiva de la música de Antheil, una música alejada de sentimentalismos y melosidades, influida por los ritmos de Stravinsky pero con una mayor inclinación a la barbarie, los salvajes clusters de notas y una interpretación tan mecánica que en ocasiones recuerda a las posteriores y salvajes pianolas de Nancarrow.

Para hacer más intensa la experiencia, sustituyo Mechanisms por la vertiginosa Jazz suite y ordeno las piezas cronológicamente. 

Haciendo clic en la siguiente foto de Antheil se accede a su música.


En su libro Bad Boy of Music, Antheil escribió lo siguiente acerca del famoso concierto: 

"My piano was wheeled out on the front of the stage, before the huge Leger cubist curtain and I commenced playing. Rioting broke out almost inmediately. I remember Man Ray punching somebody
in the nose in the front row. Marcel Duhcamps was arguing loudly with somebody else in the second row. In a box near by Erik Satie was shouting, "What precision! What precision!" and applauding.
The spotlight was tumed on the audience by some wag upstairs. It struck James Joyce full in the face, hurting his sensitive eyes. A big burly poet got up in one of the boxes and yelled, "You are all pigs!"
In the gallery the police came in and arrested the surrealists who, liking the music, were punching everybody who objected."

Qué tiempos aquellos.

sábado, 11 de mayo de 2024

Aaron Copland. Sinfonía n.º 3. IV. Molto deliberato (fanfare), allegro risoluto (1946)

Copland compuso su Fanfarria para el hombre común por encargo de Eugene Goossens, director de la Orquesta Sinfónica de Cincinnati, como homenaje a los combatientes aliados en la Segunda Guerra Mundial. Se estrenó en 1942. Cuatro años después terminaría su tercera sinfonía e incluiría en su cuarto movimiento, sin duda espoleado por su éxito, el tema de la fanfarria.  

Si la URSS tenía el realismo socialista, los EEUU tenían a Copland. Su música evoca los grandes espacios a abiertos, el cielo azul y la democracia liberal. En concreto el tema de la fanfarria eleva a la categoría de héroe a un hombre común lleno de confianza en sus propias fuerzas y en su futuro. 

Otro cuento de hadas.    


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El trío de rock progresivo formado por Emerson, Lake y Palmer grabó en su disco Works I de 1977 una versión de la fanfarria algo menos americana y bastante más bestia.   



sábado, 4 de mayo de 2024

Ernst Krenek. Concerto grosso n° 2 (1924)

Era lógico que un experimentador nato como era Krenek le diese un día por mirar al pasado y, a la manera de Stravinsky, compusiera una obra neoclásica. Inspirado por los conciertos de Brandeburgo, Krenek funde su lenguaje atonal con las estructuras barrocas para dar lugar a una de sus piezas más asequibles.  

Y, todo hay que decirlo, de las más hermosas. 


Escribió Krenek: 

"En la segunda pieza, que debí empezar inmediatamente después [es decir, después del Cuarto Cuarteto de cuerda, op. 24], mi Segundo Concerto grosso, op. 25, surge una nueva tendencia en mi forma de componer. Más tarde, cuando se publicó la partitura [en 1925], le puse una dedicatoria bilingüe, "Homenaje a mis amigos de Suiza". No sé exactamente si fue entonces cuando escuché por primera vez la Suite Pulcinella de Stravinsky, la primera de una larga serie de obras disfrazadas, por así decirlo, que este extraño compositor ha creado desde entonces. Me impresionó mucho el carácter claramente contorneado, en cierto modo acerado, pulido, brillante y aerodinámico de esta atractiva paráfrasis de las melodías vivaces y traviesas de Pergolesi. Estaba claro que estaba preparado para una nueva dirección, de lo contrario no habría abrazado mis nuevas circunstancias con tanto entusiasmo. Me sentía cada vez más atraído por un ideal musical que era más bien lo contrario del estilo expresionista exuberante, desenfrenado, apasionado y aparentemente pesado.

"Como muchos otros compositores de la época -Paul Hindemith, por ejemplo-, esperaba encontrar un nuevo enfoque acercándome a las formas texturales y estructurales del estilo orquestal del siglo XVII y principios del XVIII. La pieza que escribí se ha convertido en una de mis composiciones más exitosas en el estilo "moderno". Era para tres instrumentos solistas -violín, viola y violonchelo- y una orquesta de tamaño medio, en la que las cuerdas, siguiendo los modelos antiguos, se trataban alternativamente como "tutti" o como "ripieno", lo que significa que un grupo más pequeño acompaña a los instrumentos solistas. La obra tenía, creo, cinco movimientos, y el primero y el último seguían el modelo de los movimientos correspondientes de los Conciertos de Brandemburgo. Uno de los movimientos centrales contenía secciones como la zarabanda y el minué. El lenguaje seguía siendo muy similar al de mis obras atonales anteriores, y uno de los movimientos lentos tenía un clímax sobrecogedor que recordaba a pasajes similares."


Nota: el texto anterior es una traducción automática del alemán realizada con DeepL.com.

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La imagen que aparece en el vídeo se titula Evolution y es un óleo de Charmion von Wiegand.